miércoles, 5 de agosto de 2015

MI INSPIRACION



¿CÓMO INSPIRARME EN JESÚS ? 

1) Desecha las cargas y el pecado, Hebreos 12:1.
Nota: El texto nos indica dos cosas que debemos de las cuales debemos despojarnos:
a) “peso”: del griego “onkos” que significa: bulto, masa, estorbo. Son aquellas cosas adicionales que cargamos y no son nuestras. Preocupaciones, ansiedad, falta de perdón, incredulidad, miedos, etc. Estas cosas debemos ponerlas en las manos de Dios y confiar en él.   
b) “pecado que asedia”: tentación que nos enreda y quiere hacernos caer. Es un pecado al acecho, por ejemplo Dios le dijo a Caín: (NVI) “Si hicieras lo bueno, podrías andar con la frente en alto. Pero si haces lo malo, el pecado te acecha,  como una fiera lista para atraparte. No obstante, tú puedes dominarlo” Gén. 4:7. Una tentación del creyente es querer tomar su propia justicia con sus manos (venganza). Te invitamos a leer: “La restauración del apóstol Pedro”.  
c) “corramos con paciencia”: con perseverancia. Se nos presenta la imagen de un estadio, y los espectadores son los héroes de la fe del Antiguo Testamento. El atleta deja de correr por diversas razones: cansancio, una lesión (herida), desánimo, desesperanza, distracciones, etc.    

 2) Inspírate en Jesús, Hebreos 12:2-3.   
Nota: "Puestos los ojos en Jesús". El Señor Jesús es nuestro mejor ejemplo. No pongas tus ojos en personas o en instituciones porque te decepcionaran, en cambio Cristo nunca te fallará. La fortaleza de Jesús fue el gozo (por obedecer al Padre, por la seguridad de la gloria postrera y por el galardón o corona). Jesús enfrentó oposición, calumnias, hostilidad de cercanos y extraños. Un atleta enfrenta cansancio, burla de los espectadores, tentación para dejar la carrera, soledad, posibles envidias de ver a otros ganar, etc. Jesús corrió la carrera como el Padre se la diseñó, y hoy vive en nosotros, y por él podemos correr la carrera que tenemos por delante.    

3) Valora la disciplina, Hebreos 12:5-6.
Nota 1: El Padre celestial disciplina a sus hijos. La palabra disciplina es traducida del griego “paideia”, que significa además: formación dada a un niño; instrucción; corrección para formar un carácter (hay una gran relación entre discipular y disciplinar).    
Nota 2: La formación del carácter en un atleta es fundamental, de lo contrario el fracaso en la carrera está anunciado. El texto nos dice respecto a la disciplina “no la menosprecies, ni desmayes por ella”, porque él está haciendo de ti un gran atleta, y correrás grandes carreras para el Señor, y emprenderás grandes proyectos para el reino de Dios. Valoremos lo que el Maestro está haciendo en cada uno de nosotros.      

4) Esfuérzate y sé integro, Hebreos 12:12-14.   
Nota: Se destacan aquí algunas palabras fundamentales, veamos:
a) “Levantad”: la L.B.A. dice “fortaleced”. Las manos caídas simbolizan desánimo, desaliento. Las rodillas paralizadas son figura de estancamiento, no hay avance.
 b) Según el vrs. 13 las sendas derechas debemos hacerlas nosotros, y el andar en ellas traerá sanidad para lo que está mal en nuestra vida, la Versión Ausejo) dice: “y haced los senderos rectos para vuestros pies, a fin de que lo que cojea no se disloque, sino más bien se cure”.   

c) El vrs. 14 nos insta a “seguir la paz”. Hay corredores que pelean (por ejemplo en el ciclismo, en el futbol, etc); “y la santidad” hay corredores que causan sorpresa por documentos falsos, doping, uso de medicamentos prohibidos, vemos entonces ausencia de honestidad. Los buenos atletas no sólo llegan a la meta, sino que son íntegros dentro y fuera de la competencia.

5) No negocies tu corona, Hebreos 12:16-17.
Nota: Esaú cambió la recompensa del cielo por un bien terrenal (la primogenitura por un plato de lentejas). Que hermoso y gratificante serán los galardones y las coronas que el Señor entregará en el tribunal de Cristo. Pero, el mayor tesoro no serán las bendiciones del cielo, sino estar para siempre con el Señor. La más grande recompensa, no es la corona más hermosa, sino estar con el Rey de reyes y Señor de señores para siempre.  
    
Ante las dificultades el atleta puede pensar en no continuar. Ante ésta situación Dios le dice a sus hijos: “puestos los ojos en Jesús”. Míralo por encima de los problemas, y sigue avanzando él te fortalecerá, él venció y ahora vive en ti, tu puedes. Corramos la carrera que tenemos por delante puestos los ojos en Jesús.   


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